miércoles, 8 de junio de 2011

Inseguridades masculinas

¿PREPARADOS PARA LA VERDAD ANTE ESPEJO?
Ni el matrimonio, ni la hipoteca, ni un contrato indefinido. El verdadero paso a la edad adulta de un hombre es otro. Ese momento trágico, por el que casi todos pasamos y que nos cambia para siempre es el día en que descubres que tienes entradas. La situación suele darse en un sábado cualquiera en el que te estás arreglando para salir. Entonces un peine revelador te descubre que llevas meses perdiendo pelo y que tu frente va camino de convertirse en una pista de aterrizaje. Y ese es solo el principio del fin.

Cuando un tío entra en el club de los alopécicos, lo primero que le viene a la cabeza es la imagen de su padre o de su abuelo, totalmente calvos. Recurrimos al álbum familiar y freímos a nuestra madre a preguntas sobre “¿qué edad tenía papá en esta foto? ¿Y en esta otra? ¿Y en esta en la que ya no le queda ni un pelo?”(Léase con voz temblorosa). Si no tenemos ningún familiar cercano con calvicie, la desesperación nos lleva a pensar en el tío-abuelo de Cuenca o hasta en el vecino de arriba. Cualquier mínimo parecido o parentesco se convertirá en una prueba indiscutible de que nos vamos a convertir en una bola de billar.

Pero la cosa puede ser más grave aún. Sólo hay algo peor que quedarse calvo y que te salga tipa: que tu pareja te deje cuando te quedas calvo y te sale tripa. La confluencia de estos factores puede hacer que los niveles de autoestima de un tío bajen hasta niveles que un médico consideraría peligrosos para la salud.

Como si no tuviésemos suficiente con aguantarnos a nosotros mismos en estas épocas de bajón, además tenemos que enfrentarnos a la incomprensión social. Porque, los hombres también lloran. Y según quien sea, llora mucho. La imagen que se ha dado durante años del tío duro que se rasca la entrepierna mientras se enciende una cerilla con la barba, juega en nuestra contra. Pues las cosas no son así. Nuestra autoestima también se basa en vernos bien y las canas, los michelines, las entradas y las arruguillas nos pueden fastidiar el día y la existencia si no aprendemos a tenerlos como compañeros de piso.

Es habitual que las mujeres piensen que estas cosas nos dan igual y es más habitual aún que nosotros no reconozcamos que nos importan. Pero puestos a confesarnos ¿preferimos hacerlo con un chico o con una chica? Pues eso depende de los especímenes que tengamos alrededor. Está claro que si nuestro grupo de amigos está compuesto por machitos que se saludan con una colisión de pectorales, poca compresión vamos a encontrar. Pero también es cierto, que hablar con un tío es más fácil porque nos entiende mucho mejor, puesto que pasa por lo mismo que nosotros.
TERÁPIA FEMENINA PARA SUBIR LA AUTOESTIMA
Sin embargo, las chicas tienen muchos puntos a su favor para convertirse en la psicóloga perfecta. Para empezar están acostumbradas a sesiones maratonianas para subir el ánimo a cualquier amiga. Nadie como ellas conoce las palabras exactas que alguien que haya engordado, haya sido abandonado por su pareja o le hayan hecho un corte de pelo espantoso necesita oír para recuperarse. Nadie sabe despreciar como una mujer al causante de la infelicidad, ya sean las grasas saturadas, un peluquero con un mal día o un tío,  al que acaban despellejando vivo.


Todas estas cualidades convierten a la mujer en insuperable como paño de lágrimas. Pero sus aptitudes para subir el ánimo de cualquier infeliz con una genética poco afortunada van mucho más allá. Porque el mejor antidepresivo es el sexo. Si es el chico el que tiene el bajón, no pierden la oportunidad de demostrarle que les pone más que nunca y organizan una noche romántica con él. Si es un colega, no se cortan y le presentan a todas sus amigas o amigos.

Y es que, si alguno de estos amigos tristones encuentra el amor, ya puedes empezar a buscar un diván elegante y montarte una consulta porque habrás descubierto que el mejor remedio para todas estas “tonterías” que nos dan a unos y a otras es que otro ser humano nos haga ver lo que realmente son: tonterías.




viernes, 3 de junio de 2011

Compartir y sufrir

COGE EL PLUMERO Y ¡A POR FAENA!
Convivir en pareja es difícil, pero no imposible. La clave del éxito es la paciencia. Mi amigo David, de 32 años, ha sobrevivido a medio año de convivencia: “siempre he sido de chicas con pelo largo, ahora eso significa un chorreo constante de pelos y cambiar de escoba cada dos meses”.

Empezad por un “training”
La convivencia marca un antes y un después en toda relación. El después (mejor tenerlo claro) es peor que el antes. Y aunque a tu abuela le dé un patatús es mejor entrenar conviviendo con tu novi@ sin pasar por el altar que tirarse de lleno a la piscina.



El terreno de juego
Cada uno tiene sus cosas. Los chicos necesitan su espacio. Y no, no hablo de 120 metros cúbicos para zapatos. Necesitan sus momentos de cerveza, amigos y contenidos audiovisuales. Las chicas tendrán que resignarse porque un ejército de testosterona invadirá su casa una vez por semana.

Ellas tampoco se libran. Creen que los hombres pueden leer su pensamiento y no, no tienen dotes telepáticas. Es mejor decirles las cosas a la cara a que adivinen el porqué de los morritos. Sobre todo, porque si no se soluciona, ellas se enfadan más y ellos…se enteran menos.

El tira y afloja
MARCAD LAS NORMAS Y NO LLEGARÉIS A LAS MANOS
Las chicas suelen pedir las cosas como si fuera una orden. Sería mejor que trataran de pedirlo con insinuaciones suaves como “Cariño, ¿no era blanca la cocina?” y, si ellos no responden, la siguiente opción es recurrir a imperativos…

Las primeras semanas ellas flipan por despertarse al lado de ellos, después de unos meses, les odiarán por despertarse por sus ronquidos. La primera vez que ellos cocinan macarrones, ellas piensan que es lo mejor que han probado, hasta que descubren que es lo único que saben cocinar.
No desesperéis, hasta la persona más desastre del mundo tiene arreglo. La pareja perfecta no existe, y si existe, seguramente sea un total aburrimiento.

lunes, 30 de mayo de 2011

Hombres, mujeres y volantazos

No importa lo grandes que sean la cocina ni el comedor de una casa que cuando surjan reuniones “accidentales” de familia se celebrarán siempre en la habitación más pequeña con todos apiñados. Lo mismo pasa con las parejas. Los temas importantes, los momentos cumbre siempre se darán en el coche, en un atasco y sonidos de claxon alrededor. Hay cantidad de rupturas, reconciliaciones y anuncios de paternidad que se dan en un coche.

EN CARRETERA, ÉCHALE UN PAR

Y, ¿qué me dices del sexo a bordo? Siempre hay un descampado, mirador o similar que, a ciertas horas de la noche, se convierte en un gran parking de coches con cristales empañados al estilo Titanic. Cuando no hay más remedio es el único sitio privado del que las parejas disponen. Pero, con los años, el coche se convierte en un escenario sexual de lo más morboso para sesiones fugaces de sexo. Algo que a los tíos les pone muchísimo. No hay nada mejor para un tío que su chica le insinúe que se pasen al asiento de atrás.
Y es que la combinación de chicas y coches, a muchos chicos, les nubla el entendimiento. No es de extrañar que los anunciantes de coches nos bombardeen con imágenes de potentes deportivos con una tía recostada en el capó. Estas estrategias hacen que todavía haya algunos que asocien los ceros del precio del coche con la potencia de su miembro viril. Y son éstos los que suelen decir “mujer al volante, peligro constante”. Pero las chicas no deben preocuparse por eso, total, ¿para qué saber cómo cambiar una rueda si hay compañías de seguros?
Las chicas tienen sus defectos al volante pero los tíos no se quedan cortos. ¿Cómo se explica que haya algunos que llenen su coche de alerones, brillos y tubos de escape? Y es que sí, el tuning me parece una involución, es pasar del coche práctico a una especie de troncomóvil. Tampoco hay que olvidarse de la conducción masculina, a la que denomino De cero a cien. Consiste en pegar potentes acelerones en una recta de 20 metros para luego frenar bruscamente. Eso no hay cervical que lo aguante.

Independientemente del sexo y la edad, pasamos mucho tiempo sobre cuatro ruedas. Pero el hecho de que sea algo habitual no le quita riesgo. El mejor consejo: Disfrutar al volante con los cinco sentidos.

martes, 24 de mayo de 2011

Garantía de seducción

Las chicas deben llevar la iniciativa. Una mujer decidida resulta bastante más irresistible que una tímida de la que haya que tirar. Así que consejo Nº1: Olvídate de la vergüenza y ataca como mamífero que eres.

¿CON CUÁL TE IDENTIFICAS A LA HORA DE ATACAR?
Una situación típica de coqueteo es estar en un chiringuito con amigos y observar que el sujet@ de la mesa de al lado te está mirando. Vas al baño “discretamente” para lucir ese cuerpo que ha estado currándote en el gimnasio. Entonces te das cuenta de que está con sus padres y su pareja. Es el momento de tomar el consejo número dos: Retírate a tiempo y guárdate el ego para otro fichaje.
Ligar es muy divertido, incluso en lugares no tan adecuados como la biblioteca, un atasco, los cursillos prematrimoniales… Bueno, este último más bien para profesionales del ligue. Pero además de ligar, otra cosa divertida es ver cómo ligan tus amigos. Tras largas noches de observación y trabajo de campo he establecido cinco perfiles de macho atacante:

El kamikaze. De bajos niveles de autoestima y altos niveles de alcohol, incapaz de entender la negativa de una tía poniéndole la cabeza como un bombo. Normalmente necesita que un colega intervenga para salvarlo de un guantazo estilo Gilda.

El oso amoroso. Charla durante horas con la chica y desayunan juntos. Mientras él piensa en los hijos que tendrán, ella se levanta, le da dos besos y se va. Él se queda con cara de póquer. El oso amoroso necesita un empujón para lanzarse o acaba pagando el desayuno y volviendo solo a casa.
Los pulpos en celo. Se detectan entre la multitud, hablan 25 segundos, se lanzan a comerse la boca, se meten mano hasta en la partida de nacimiento y cada uno a su casa. Esta conducta es un misterio pero estudios recientes demuestran que la falta de cópula se debe a emparejamientos previos. Pero… ¡que les quiten lo bailao!

La lista y el listillo. Lista ella porque consigue lo que quiere. Listillo él porque cree que lo consigue. El ritual comienza con una mira de ella a la que él responderá si se atreve. Como buena lista, ella se hará la dura. Ella ha conseguido lo que quería. Él cree que es un digno Casanova. Ya veremos si a Casanova le contestan a los mensajes.

El arquero. Sabe que cuantas más flechas dispare más posibilidades tiene de hacer diana. Tira la caña a todo lo que se mueve y, claro, alguna cae. Es difícil de detectar por las chicas puesto que nunca dirige la flecha dos veces a un mismo objetivo.

El amigo globo sonda. La peor técnica. Responde a la falta de agallas y miedo al ridículo. Consiste en enviar a un amigo como recadero. La frase “Perdona, a mi amigo le gustas” es más destructiva que un bomba atómica. Ella suele responder con una cara de asco. Desde lejos, los colegas sabemos que el globo sonda traerá malos resultados.
Después de años de experiencia he llegado a la conclusión de que las tácticas no llevan al éxito. Lo peor para ligar es salir con la intención de hacerlo. Si sales dispuesto a comerte el mundo no llegarás ni al aperitivo. Pero no sufras, porque cuando salgas sin la idea de ligar te encontrarás con alguien. Y esa noche, dormirás acompañado.

lunes, 16 de mayo de 2011

Vacaciones ¿para dos?

Es un topicazo que septiembre es el mes con más rupturas y divorcios del año. Pero después de 30 días seguidos al lado de alguien es normal acabar odiándolo. Lo mejor es tomárselo con calma, saber ceder y evitar sobredosis de caipirinhas para mantener fría la cabeza.

PREPARA EL MAPA... Y LA PACIENCIA

Problema 1: Elegir destino. Si acabáis/acaban de empezar da igual Cancún que Las Alpujarras con tal de pasar el día en la cama. Pero lo normal en una pareja es que queráis cosas distintas, así que asimilad ya que no haréis el viaje de vuestra vida. Porque ya te digo yo que no hay agencia que organice un viaje que combine un recorrido por la India con la mochila al cuello y una visita a Nueva York llena de shopping y hamburguesas. Uno de los dos es más cabezota y el otro acaba cediendo por no soportar la presión. Pero ceder y pasar una semana enfadad@ escalando los Andes pensando en lo bien que estarías en la playa con una piña colada es la peor opción. Plántate a tiempo. Dejar claro qué no querrías hacer en ningún caso y qué aceptarías aunque no sea de tu agrado.

Problema 2: El equipaje. El exceso de equipaje no se paga por los calzoncillos o camisetas sino por el exceso de cremas, zapatos para cualquier ocasión, planchas y una larga lista de cosas. Recuerdo a mi amigo Dani contándome su desesperación viendo a su novia meter ropa para todas las circunstancias cuando se iban a Canarias, donde siempre hace sol. Lo mejor fue cuando me contó que, al decírselo, su chica se enfadó porque ella tenía que cargar con toda la responsibilidad y no entendía cómo podia pasar una semana con tres bañadores y cinco camisetas. Y creedme, se puede. Una cosa es llevar un paraguas por si acaso y otra es cargar con un plumas, botas de agua y hasta una barca hinchable por si hay inundaciones.

Problema 3: Dos semanas sin discusiones. Las vacaciones pueden ser un experimento de cómo sería una futura convivencia. Una buena propuesta para ver todas las fases en una pareja es la obra de teatro “Más allá del puente”. Sus protagonistas, Marta Torné y Alex Brendemühl, pasan por las etapas habituales en una pareja y sus peripecias para superarlas. Más real no puede ser y la interpretación no puede ser mejor.

EL PELIGRO NO ESTÁ EN EL DESTINO, SINO EN ECOGERLO
Problema 4: La falta de sexo. Si os pasáis el día viendo monumentos o remando en canoa lo normal es caer en coma profundo cuando toquéis la cama del hotel. Eso si vais a un hotel. Si habéis preferido algo más económico y “romántico”, como una pensión, puede que las cucarachas o la fiesta de los de al lado os quiten las ganas de retozar.

Problema 5: Viaje de parejas. Si crees que es difícil pasar una semana sin discutir con tu pareja piensa que podría ser peor. Podrías cometer el error de ir con otra pareja. No hay cosa que dé más pereza que una excursión de parejitas en la que uno se hace el gracioso, el otro el duro, la otra la tonta y otra reza para que le caiga un lanzallamas del cielo y eliminar a todos. Si la cosa va bien puede que después de año y medio quedéis con los que fueron vuestros compañeros. Si va como suelen ir, os atrincheraréis y no volveréis a proponer una quedada jamás. No te sientas mal. A ellos tampoco se les ocurrirá.

lunes, 9 de mayo de 2011

Descontrol y excesos

JOSEP LOBATÓ
Los excesos no son buenos. Comer, trabajar, gastar demasiado, tener demasiado sexo… Los tíos necesitan una alarma para dejar de beber cerveza cuando hay riesgo de inundación cerebral, para recuperar la movilidad del meñique cuando llevan horas con el mando de la consola o para bajar los decibelios ante un partido de fútbol. Pero no son los únicos.  Estos son los “demasiados” femeninos más habituales.

Demasiado nº1: El bolso.
Hay bolsos que parecen un contenedor de carga del puerto ¿Es necesario llevar tantas cosas? Hace años que no pasan por la biblioteca y meses desde su última compra en la perfumería de la que son socias. ¿Por qué llevan todos los carnets encima? ¿Temen una urgencia y leer El Quijote o comprarte un desodorante son su salvación?
Otra cosa, ¿por qué llevan siempre el bolso lleno de tampones, compresas, salva-slips y pastillas para el dolor menstrual si sólo tienen la regla una semana al mes? Estoy seguro de que si los tíos tuviésen la regla el mundo estaría lleno de dispensadores de packs de emergencia porque la mayoría no sería capaz ni de recordar la fecha exacta.

Demasiado nº 2: depilación.
Una cosa es cuidarse la depilación y otra tener alopecia compulsiva. Y es que hay chicas que más que un cuerpo humano parecen una salchicha de frankfurt. A nadie le guste el exceso de pelo pero hay cosas que dan  grima, como esas señoras que en su día se depilaron las cejas para llevarlas pintadas. Me gustaría encontrarme con el gurú de la moda que dijo que eso sería un símbolo de belleza y raparle la cabeza. Estas mujeres parecen seres venidos de otro planeta, sobre todo cuando se les borra parte de la ceja. Y aunque no todas caen en eso tampoco deben dejar que un vello de más les arruine el día ¿O van a dejar de ponerse esas minifaldas que hacen que los tíos se giren sólo porque se han visto un pelo en el tobillo?

Demasido nº 3: Tratamientos corporales.
Cuando de pequeño en la playa se me enredaba un alga en la pierna me daba muchísimo asco y salía corriendo por miedo a que “eso” me arrastrase a las profundidades. Ahora resulta que las algas son lo más. Me sorprenden los sitios donde les forran el cuerpo con algas y salen la mar de contentas por hacer algo súper beneficioso para la piel. Pero, ¿han pensado en lo mal que huelen al salir de esas sesiones? A lo más que pueden aspirar es a gustar al capitán Pescanova.

Demasiado nº 4: confianza ciega en tu peluquero.
A algunos peluqueros los carga el diablo. Te hacen cualquier cosa y argumentan sus despropósitos diciendo que el corte es perfecto para tu cara. A veces es mejor pecar de sencilla que convertirse en una mezcla de Tina Turner y Cruella De Vil. Las chicas deben temer, sobre todo, a los peluqueros rebautizados por sí mismos como estilistas porque corren peligro de salir convertidas en un ninot de falla.

Demasido nº 5: Crema hidratante.
Conozco a muchas chicas que, si tuviesen que elegir entre una caña de pescar o una crema hidratante para llevar a una isla desierta, se decantarían sin dudar por el segundo. No sé por qué tanta fe ciega con este producto ¡Tampoco hace milagros! Y es que hay auténticas yonkis de la crema hidratante cuya piel es más reflectante que el espejo de mi recibidor.  Una vez al día, dos si me apuras, es suficiente.

viernes, 6 de mayo de 2011

Consejos de NO belleza

A estas alturas de la vida las chicas deben estar preparadas para dos cosas. Para aceptar que los padres tienen una vida sexual activa (puede que hasta más intensa) y para recibir consejos de belleza de un hombre. Y no me refiero a ese amigo con más bolsos que ellas.


Los consejos de este artículo les sorprenderán por lo equivocadas que estabas respecto a los gustos masculinos. Empecemos esta biblia de “Consejos de No-Belleza”.


SEDUCIR CON NATURALIDAD ES LA CLAVE
La cara lavada. Hay que olvidarse del aquaplast de dos centímetros de espesor en la cara, aunque sea de Chanel. Hay algo mejor que el colorete: se llama sol, lleva millones de años sonrojando las mejillas y hace que los tíos se vuelvan locos en primavera cuando ven un poco de epidermis femenina. Eso sí, moderación, porque a algunas se les va la cabeza. El verano pasado me planteé incluso hacer camisetas con el lema “No al moreno barbacoa” y repartirlas. Una piel dorada favorece, pero a nadie le gusta que le toque el chuletón quemado del banquete.


Los pelos. No hay tío al que no le vuelva loco despertarse con una chica medio desnuda y despeinada después de haber retozado toda la noche. Hay que olvidarse de que el flequillo esté bien peinado, soltarse la melena y disfrutar como una loca… ¡despeinada!


Por desgracia, el pelo se extiende más allá de la cabeza. Y depende de la suerte en el reparto genético. Mi amiga Laura me contó que se pasó toda la noche con un chico hablando, riendo y comiéndose la boca. Él le propuso ir a su casa y ella se negó. ¿Por qué? Yo pensé (como cualquier macho con el mástil cargado de soldaditos) que el motivo era la regla.


Pero no. Laura me dijo que (¡horror!) llevaba un mes sin depilarse y tenía un felpudo de bienvenida. No sé con qué cara miré a Laura pero tuve que explicarle que no es motivo suficiente para echar atrás a un hombre. Está muy bien estar depilada pero ningún tío se niega a caer rendido a tus pies por cuatro pelos.


Las arrugas. Si un hombre con canas es interesante, ¿por qué no una mujer con patas de gallo? No hay que tener la crisis de los 30 a los 20 ni creerse una momia a los 35. La experiencia es la madre de la ciencia. Seguridad en una misma, autoconocimiento y disfrutar sin tabúes harán que ningún jovencito se resista.


Darse algún toquecillo es respetable pero nada de sobredosis de bótox producto de cirujanos con delirios picasianos. Hay casos en los que esta toxina ha penetrado en el cerebro y… Vale no, es broma. Pero es irrisorio ver a señoras que no pueden mover ni un músculo de la cara.


Los experimentos estéticos. Puede que a veces odien su feminidad pero tienen que reconocer que es muy divertido. Rimmel, tacones, tintes, rulos, barra de labios… Nunca será lo mismo para un tío. Si ella lleva una americana fucsia está genial, pero si a mí se me ocurre llevar un pañuelo del mismo color me mirará como si hubiera sido gobernado por el alter ego de Marichalar.


Las curvas peligrosas. ¿Qué es más divertido? ¿Conducir una autopista completamente recta o caminos rurales llenos de curvas? Exactamente lo mismo ocurre con el cuerpo femenino.


Un ejemplo práctico. Jennifer Hudson presumió de culo, tetas y michelines en los Grammy con un vestido de la colección de Victoria Beckham. Seguramente la ex spice, que carece de estas curvas, se llevaría las manos a la cabeza al ver a una chica rellenita luciendo su diseño. Pero Jennifer añadió algo más que curvas al vestido: seguridad en sí misma. Esa es una tendencia que no pasa de moda.

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...