miércoles, 9 de marzo de 2011

Escalando el Monte de Venus

Esta es una nueva vivencia de soltería y desenfreno vivida por Montse. Ella descubrió nuevos horizones y nos lo cuenta de esta manera. Gracias Montse por compartirlo con todos los Solter@s y Demoni@s:

Leo este blog habitualmente y me doy cuenta de las diferentes formas que tiene la gente de entender el hecho de estar soltero. El último “señor” que escribió “algo” ¡me puso negra!! No sé por qué pero me imagino a ese hombre tan retorcido acabando sus días en soledad. Pero ojo, no como soltero, sino como persona sola en la vida. Dudo que nadie pueda aguantar muchos años a su lado y, si lo hace, será alguna mujer sumisa y entregada que vivirá en la más absoluta tristeza. Pero no quiero echar más leña al fuego y quiero relataros mi experiencia como soltera, que me llevó a descubrir nuevos mundos, nuevos montes…

Nunca me había planteado estar con una chica. He tenido novios desde los 14 y ahora tengo 26 años. Con mi último novio lo dejamos hace un año porque me puso los cuernos y por eso no paso. Para ser más concreta le leí el móvil y encontré un mensaje a una tal Ana a la que le decía “A ver si repetimos, que me he quedado con ganas de más. Me dejas sin aliento, guapa.”

No sé quién es Ana La marrana (como yo la bauticé), ni me importa. Pero lo que sí sé es que mi ex era un grandísimo cabrón que no merecía ni una lágrima. Cuando lo dejé, me refugié en mis amigas y a través de ellas conocí a más amigas, que me presentaron a unas amigas... Total, que un día acabamos todas de fiesta. Después de una cena en el centro de Madrid, nos fuimos a tomar algo a un local que se llama Fulanita y que yo desconocía. Es un bar de lesbianas, pero hay de todo, la verdad, y yo nunca he tenido problemas con lo del ambiente gay porque tengo amigos que me han llevado de fiesta muchas veces por ahí.

Al grano: en ese bar me presentaron a Marta, una chica normalita y calladita con la que congeniamos. Como ella también había roto con su novia por cuernos, las dos nos lloramos las penas un rato. Acabamos en la parte de abajo del bar con todo el rímel corrido por los lagrimones que soltamos y amarradas a un cubata. Mis amigas seguían arriba tan tranquilas y, de repente, Marta me invitó a salir del bar y dar una vuelta. La verdad es que hacía un frío que pelaba, pero como la conversación era buena no nos importaba. Ella rajaba de su ex novia y yo de mi ex novio, a ver quien decía una barbaridad más grande.

Luego me invitó a subir a su casa, que está por la zona del bar y allí me atacó. No sé aún bien como fue, pero me dio un beso en su sofá rojo que me dejó “atontá” y lo siguiente ya fue la cama. Aunque no hubo sexo duro porque para mí era todo nuevo, lo disfruté como hacía tiempo no lo hacía.

Eso me hizo pensar en que tendemos a pensar en clichés marcados por la sociedad para conseguir el objetivo de la pareja perfecta, pero en este caso, por una situación de desamor mutua, descubrí qué hay más allá del monte de Venus: nuevas sensaciones a las que ahora no me cierro. No la he vuelto a ver y he tenido líos con otros chicos pero, gracias a esta soltería repentina, me he abierto mucho y he podido disfrutar de la compañía de nuevas personas sin importar cual sea su género.

Bueno, esta es mi historia, espero conseguir un libro firmado de Solteros y Demonios porque en las librerías está agotado y me hace más ilusión tenerlo firmado por ti.

Un besito y ¡aupa los solteros!

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