martes, 29 de marzo de 2011

Porqué es mejor ser soltero...

Rafa me ha hecho llegar algunos de los motivos por los que piensa que es mejor estar solter@ que en pareja. ¿Añadiríais más a estos motivos? O, por el contrario ¿no estáis de acuerdo?...












- No hay cenas familiares con los suegros... los hermanos... los sobrinos...
- No hay quien juzgue como me visto.
- No tengo que ver comedias románticas.
- No tengo que preocuparme por si me ponen los cuernos.
- No tengo que preocuparme porque me dejen de querer.
- Puedo tener las amigas que yo quiera y abrazarlas o besarlas y no pasa nada...
- Mi cuerpo es mío y de quien YO quiera...
- Yo pago mis cuentas y no se las pago a ninguna  mantenida.
- La factura de teléfono es menor.
- No olvido fechas de aniversario... porque no existen.
- No hay escenitas de celos, peleas, berrinches.
- No hay finales.
- No hay amor, no hay dolor.

PODÉIS SEGUIR ENVIANDO VUESTRAS HISTORIAS DE SOLTER@S A: info@joseplobato.com, LAS CINCO ELEGIDAS SE LLEVARAN UN LIBRO FIRMADO. ¡GRACIAS A TODOS POR PARTICIPAR!

lunes, 28 de marzo de 2011

Este mes en Cosmopolitan

¡Os espero un mes más en la revista COSMOPOLITAN con la sección "SU PUNTO DE VISTA"!

En el artículo "Conocer a sus amigas", reflexiono sobre cómo influyen las amistades de tu pareja en una relación. Está claro que a parte de tener química con ella, también tiene que existir buen rollito con las que, hasta el momento, han sido sus confidentes y compañeras de fatigas, de lo contrario las puedes pasar canutas...

¡Ya me diréis que os parece!

domingo, 27 de marzo de 2011

La lucha de una madre soltera

Os dejo con una historia conmovedora que me ha hecho llegar Irene. Una chica de 22 años, que con 19 tuvo que afrontar que sería madre soltera y ponerle un par de ovarios a la vida. Un estado de soltería que acarrea mucha responsabilidad. Muchas gracias Irene por hacernos reflexionar sobre ello.

Hola Josep, leyendo  tu blog me he dado cuenta de que no has tocado un tema muy delicado y que yo he vivido en primera persona. Algo que siempre ha sido criticado y mal visto: que una chica se quede embarazada por accidente o voluntariamente siendo soltera viva sola o bajo el mismo techo de sus padres.

Esta es mi historia, como la de muchas mujeres; de ésas mujeres que confían plenamente en el hombre que confunden con el amor de su vida.

Yo, al conocerlo, sentí el típico flechazo, me impresionó su personalidad y la seguridad que él demostraba en su trabajo .Ambos trabajábamos juntos en el mismo supermercado, el como responsable de personal y yo de cajera. Un día, hablando de mi contrato , nos dimos cuenta que había química entre nosotros y empezó una relación un poco extraña, aparentemente sincera y sin medias tintas.

Yo notaba que él no me quería con la misma intensidad, pero pensé que con el tiempo podía despertar en él, la misma pasión y amor que yo sentía. Y sucedió lo que pasa en las parejas que van a mil por hora, sin pensar siquiera en las consecuencias, pensando sólo en el inicio de una hermosa relación, supuse que estaríamos más unidos, pero cuando me quedé embarazada, más que miedo, experimenté algo muy hermoso. Ese sería el motivo para estar juntos para siempre… Sabía que se venían momentos difíciles, porque no estaba preparada, pero sentía que podía salir adelante.

Sin embargo, mi sueño se convirtió en pesadilla…
En el mismo momento que le comenté a mi pareja sobre mi estado de “embarazo” y descubrir que no tendría su apoyo, (aunque lo dijo, pero no lo cumplió), acabé comprendiendo que no me amaba lo suficiente como para enfrentar esa enorme responsabilidad…¡Todo fue mentira!

Eso me hizo verlo tal cual era, y darme cuenta que fuí “otra más a la que él le hizo el favor”, sólo que esta vez… me dejó un regalo muy especial: UN HIJO.

A la decepción que me supuso el rechazo del padre de su hijo, se le sumó también el dolor y el miedo. Sabía que como “madre soltera”, porque no quería abortar, se me cerrarían muchas puertas y hasta llegué a considerar a ese hijo que me latía en el vientre, como un obstáculo para alcanzar cualquier meta que me propusiera en adelante.

Como era de esperar, la noticia en mi casa (yo tenía 19 años), provocó una profunda crisis en la que hubo lágrimas y recriminaciones. Fueron los días más horribles y tristes de mi vida.
No tuve más remedio que callar, bajar la cabeza y pedir perdón a mis padres, sintiendo el temor de quedarme desamparada. Pero al cabo de algunos meses mis padres decidieron apoyarme y conforme transcurrió el tiempo, descubrí como amaba más a ese pedacito hermoso que se movía en mi vientre y me llenaba de ilusiones.

Han pasado casi tres años desde que nació mi hijo Sergio, y verlo sano y hermoso, es la mejor recompensa al sufrimiento. He trabajado muy duro para poder darle de todo a mi hijo y prepararme para un futuro en el que pueda educarlo lo mejor posible.

A estas  alturas de mi vida, he comprobado en carne propia que, ser madre soltera nunca debe ser un obstáculo para superarse, que se debe seguir caminando por la vida con la cabeza alta. Muy dentro de mi corazón sé que valgo mucho y que puedo alcanzar las metas que me proponga y no “a pesar de mi hijo”, sino “al lado de mi hijo”.

El apoyo de un hombre no es tan necesario cuando una misma sabe encontrar su lugar. He aceptado con toda la madurez posible, que un hijo debe considerarse una suerte y jamás un estorbo, aunque éste llegue en condiciones adversas.

Mi niño tiene casi tres añitos y creo que es lo mejor que pudo haberme pasado. Es obvio que no seré la primera ni la última “madre soltera”, en éste mundo, pero sí ¡la que tiene todo para ser feliz!. 
Y vosotros,… ¿Qué hubierais hecho en mi lugar?

Un saludo y muchas gracias Josep.

miércoles, 16 de marzo de 2011

Heridas incurables...

Nete me envía su experiencia. Su conclusión no es muy alentadora que digamos, porque al parecer quedó tan "tocado" por lo que vais a leer, que ha decidido ser soltero el resto de su vida... Ahí va su texto:

El amor y las parejas ¡Qué complicadas son las cosas a veces! Verás Josep, mi caso es peculiar, como para todos sus propias vivencias. Yo tuve mi primera pareja cuando me enamoré a los dieciséis años. Él tenía veintiuno y mantenía una relación a distancia y liberal con otro chico.

Todo al principio fue normal: chico conoce chico, charlan, se van a una cabina y se desahogan. Una vez desahogados se pasan los números de teléfono, lo que te lleva a volver a quedar conocerse, desahogarse varias veces y seducirse. Tras un mes quedando, pues la cosa llega al punto de ¿qué somos? ¿Qué reglas queremos seguir? Y fue en ese punto cuando nosotros nos definimos como pareja tradicional. Él finalizó su relación con el chico de Madrid y decidimos dejar el tema de los tríos y demás aventuras para cuando hubieran pasado algunos meses.

Yo siempre he tenido bastantes problemas con mi padre por diferencias de opiniones y caracteres incompatibles, y mi chico siempre estuvo ahí para apoyarme. Cuando llegaba el fin de semana cambiaba mi vida: tenía una relajada vida de pareja sin preocupaciones ni problemas, más allá de esperar las dos horas que tardaba en prepararse para salir de casa. Me daba la vida, era lo que merecía la pena, saber que cuando la semana acababa tenía a alguien que me comprendía, me respetaba y me apoyaba y desde aquí le doy las gracias por todo ello.

Pero eso no duró eternamente sino más o menos un año, de lo contrario ahora no sería un soltero endemoniado. El tiempo siguió pasando y las cosas a las que no le daba importancia en un principio, como que fumara un porrillo de vez en cuando o que fuera al bingo, le empezaron a sacar de quicio, tras lo cual siempre venía la discusión y el intento de prohibición. Después de unos meses empezamos a dejar a entrar a terceras persona en nuestras relaciones sexuales.

Al principio, todo iba de maravilla, porque estos escarceos aportaban un punto morboso a nuestra relación. Fue entonces cuando llego el día en que por una discusión lo dejamos por primera vez. Decidimos que éramos personas civilizadas, que podíamos seguir siendo amigos, salir de fiesta juntos…. Mentira. Empezaba la noche muy bien como si siguiéramos siendo pareja, pero acabábamos con discusiones muy fuertes. No es nada fácil amar a una persona y saber que ya no es tuya mientras la ves zorrear con todo quisqui. Con eso sólo se consigue el daño gratuito, porque “si tú haces yo no voy a ser menos y lo hago el doble”.

Tras venganzas innumerables ya no sabes el por qué te estabas vengando y, si a todo esto le sumas grandes dosis de alcohol, el resultado es catastrófico: gritos, discusiones, insultos y lágrimas. Se llega a lo que se llama amor-odio, una dependencia que es muy difícil de sobrellevar y más aún de superar. Es sentir amor, nostalgia, cariño, pasión, mientras se te cruzan la decepción, el rencor y todo el daño sentimental que te ha creado esa persona. Mientras luchas por salvar lo bueno lo malo te dice que no vale la pena, que no mereces que te hagan esas cosas, ni consentirle a nadie que te trate de esa manera. Te divide por dentro, te destroza y saca de ti dos demonios que luchan en tu interior.

En nuestro caso, el amor ganó la batalla y lo seguí intentando y así fue pasando el tiempo hasta que un día me encontré entre la espada y la pared. Él me dio un ultimátum y me dijo que o cambiaba o se acababa. Decidí ser racional y me di cuenta de que si cedía, siempre tendría poder sobre mí, y eso no se lo puedes consentir a nadie. Has que un día decidimos decirnos “hasta aquí hemos llegado”.

Ahora tengo veinte años, llevo soltero dos y cada vez que tengo delante a un pareja con una relación destructiva, me siento orgulloso de ser como soy en todos los aspectos y de ser soltero. Tengo buena relación con mi ex y su actual pareja. No me planteo una pareja sentimental en mi vida, me encanta mi vida como es, pasar tiempo con mis amigos (que me lo dan todo) y cuando te pica pues hay que rascar, sin explicaciones, sin implicaciones personales y sin dar cuentas a nadie, y soy de verdad feliz, y soy uno por fin.
Esta es mi historia y tras vivirla me surgen preguntas a la cabeza: ¿vale la pena el amor? ¿Lo bueno compensa de verdad lo malo? ¿Por qué es tan fácil arrepentirse de haber entregado tanto a alguien que no se lo merecía? El amor es locura pura y no te deja ser racional por que el amor no lo es, el amor lleva a cometer crímenes tremendos algunas veces ¿de verdad queremos perdernos a nosotros mismos con el amor? Yo al menos no, me da autentico pánico volver a perder la cabeza, y prefiero mi vida tal como es ahora.


El amor es una apuesta muy arriesgada pero, cuando lo sientes, es imposible resistirse a apostar por él, no te paras a pensar en el posible resultado estas enamorado y eres feliz pero una vez mas ¿Merece la pena apostar para ganar?

PODÉIS SEGUIR ENVIANDO VUESTRAS HISTORIAS DE SOLTER@S A: info@joseplobato.com, LAS CINCO ELEGIDAS SE LLEVARAN UN LIBRO FIRMADO. ¡GRACIAS A TODOS POR PARTICIPAR!




miércoles, 9 de marzo de 2011

Escalando el Monte de Venus

Esta es una nueva vivencia de soltería y desenfreno vivida por Montse. Ella descubrió nuevos horizones y nos lo cuenta de esta manera. Gracias Montse por compartirlo con todos los Solter@s y Demoni@s:

Leo este blog habitualmente y me doy cuenta de las diferentes formas que tiene la gente de entender el hecho de estar soltero. El último “señor” que escribió “algo” ¡me puso negra!! No sé por qué pero me imagino a ese hombre tan retorcido acabando sus días en soledad. Pero ojo, no como soltero, sino como persona sola en la vida. Dudo que nadie pueda aguantar muchos años a su lado y, si lo hace, será alguna mujer sumisa y entregada que vivirá en la más absoluta tristeza. Pero no quiero echar más leña al fuego y quiero relataros mi experiencia como soltera, que me llevó a descubrir nuevos mundos, nuevos montes…

Nunca me había planteado estar con una chica. He tenido novios desde los 14 y ahora tengo 26 años. Con mi último novio lo dejamos hace un año porque me puso los cuernos y por eso no paso. Para ser más concreta le leí el móvil y encontré un mensaje a una tal Ana a la que le decía “A ver si repetimos, que me he quedado con ganas de más. Me dejas sin aliento, guapa.”

No sé quién es Ana La marrana (como yo la bauticé), ni me importa. Pero lo que sí sé es que mi ex era un grandísimo cabrón que no merecía ni una lágrima. Cuando lo dejé, me refugié en mis amigas y a través de ellas conocí a más amigas, que me presentaron a unas amigas... Total, que un día acabamos todas de fiesta. Después de una cena en el centro de Madrid, nos fuimos a tomar algo a un local que se llama Fulanita y que yo desconocía. Es un bar de lesbianas, pero hay de todo, la verdad, y yo nunca he tenido problemas con lo del ambiente gay porque tengo amigos que me han llevado de fiesta muchas veces por ahí.

Al grano: en ese bar me presentaron a Marta, una chica normalita y calladita con la que congeniamos. Como ella también había roto con su novia por cuernos, las dos nos lloramos las penas un rato. Acabamos en la parte de abajo del bar con todo el rímel corrido por los lagrimones que soltamos y amarradas a un cubata. Mis amigas seguían arriba tan tranquilas y, de repente, Marta me invitó a salir del bar y dar una vuelta. La verdad es que hacía un frío que pelaba, pero como la conversación era buena no nos importaba. Ella rajaba de su ex novia y yo de mi ex novio, a ver quien decía una barbaridad más grande.

Luego me invitó a subir a su casa, que está por la zona del bar y allí me atacó. No sé aún bien como fue, pero me dio un beso en su sofá rojo que me dejó “atontá” y lo siguiente ya fue la cama. Aunque no hubo sexo duro porque para mí era todo nuevo, lo disfruté como hacía tiempo no lo hacía.

Eso me hizo pensar en que tendemos a pensar en clichés marcados por la sociedad para conseguir el objetivo de la pareja perfecta, pero en este caso, por una situación de desamor mutua, descubrí qué hay más allá del monte de Venus: nuevas sensaciones a las que ahora no me cierro. No la he vuelto a ver y he tenido líos con otros chicos pero, gracias a esta soltería repentina, me he abierto mucho y he podido disfrutar de la compañía de nuevas personas sin importar cual sea su género.

Bueno, esta es mi historia, espero conseguir un libro firmado de Solteros y Demonios porque en las librerías está agotado y me hace más ilusión tenerlo firmado por ti.

Un besito y ¡aupa los solteros!

viernes, 4 de marzo de 2011

¡Hay que reaccionar ante esto!

Este que vais a leer es uno de los escritos que me ha llegado a mi e-mail últimamente. No sabía si publicarlo ante tal cantidad de sandeces, pero he decidido hacerlo. Ya avanzo que Francisco M.P. no va a conseguir un libro firmado, pero creo conveniente que lo leamos para ver que  hay gente muy oscura por ahí. No se puede atacar de esta manera a las personas por el simple hecho de no estar emparejados. Y se pueden decir las cosas de otra forma...Espero que os pronunciéis ante este texto:

Sr. Lobató, me gustaría que publicara esto en su blog. Yo sé poco de soltería, la verdad, porque llevo emparejado desde los veinte pocos. Pero tengo que decir que el que está soltero, y sobre todo a partir de cierta edad, es porque no tiene más remedio que estarlo. Considero que este tipo de personas, por lo que yo he conocido, entrarían en el grupo de anormales en nuestra sociedad. Y a mí que no me intenten convencer de lo contrario.

El que está solo es porque nadie puede soportarle. Si no te gustan los niños, vives a gusto en tu piso-zulo de 30 metros cuadrados, sales todos los días hasta las dos de la madrugada y odias las bodas eres claramente una persona decadente con la que nadie se querrá emparejar. Cuando eres joven todo parece muy bonito pero a medida que te haces mayor, lo que antes era libertad se convierte en soledad. Y en soledad, te mueres de asco.


¿Será así Francisco M.P. ?

Ahora parece que lo ser soltero hasta que uno se jubila está de moda. Si hasta se han inventado una palabra inglesa para hacerlo más atractivo: single. Y los singles, muy orgullosos de su condición, se juntan, se revuelven y se van de viaje juntos ¿Y todo para qué? Pues para dejar de ser singles, pero la cruda realidad es que están más cerca del frikismo de Carmen de Mairena que de ser gente digna . Eso dice mucho de lo guay que es ser soltero y de las ganas que tienen todos de pasar solos el resto de su vida.

Hay un denominador común de todos los solteros: SU MEZQUINDAD. Todos quieren estar rodeados de cuantos más solteros mejor, para sentirse bien. A la mínima que una amigo/a les cuenta que tiene un problema con su pareja le animan a dejarlo y a disfrutar de los placeres de la soltería, como si hubiese algún placer en pasarse los fines de semana solo o borracho. Son auténticos terroristas de la estabilidad emocional.

Para los grandes fabricantes de productos de consumo los solteros son un objetivo muy interesante. Son adultos, desesperados, sin cargas familiares y con mucho tiempo libre que llenar. Y sobre todo, con muchas frustraciones que tapar consumiendo todo tipo de productos que les suban el ánimo: cosméticos, ropa, alcohol… No seré el único que conoce a alguna mujer que se deja medio sueldo en un vestido para verse guapa o a un tío que se empeña en hacerse implantes de pelo para no parecer todo lo viejo que es. Pues esto no son más que maneras de llenar el vacío de la soledad y la frustración de saberse rechazados.

Alguien que lleva a sus espaldas ocho o nueve relaciones fracasadas debería dejar de pensar que tiene mala suerte con las parejas y empezar a pensar que seguramente su personalidad da asco a los demás, que es un/a impotente sentimental, por eso acaba rechazado o rompiendo relaciones. Vale que pruebes con alguna que otra persona antes de encontrar con quien comprometerte, pero lo que no puedes hacer es pasarte la vida de flor en flor pensando que algún día llegará alguien que te quiera.

Para acabar, quiero decir que no creo en esos solteros que lo son por elección. Está visto que es una simple manera de justificar su absoluto fracaso en las relaciones personales y que, para que no se les vea lo miserable que llevan dentro, lo encubren diciendo que estar solos es una elección personal muy moderna. Pues con tanto moderno suelto, se va a extinguir la especie.

Francisco M.P.

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...