¡El anillo del placer!

Un anillo puede conseguir que triunfes más que la coca cola. Raúl de Bilbao lo ha comprobado y nos lo explica. ¡Ahora resulta que el anillo va a ser cosa de solteros! Ahí va su experiencia...

Lo de ser soltero tiene sus inconvenientes. Yo he estado con novia desde los 17. Ahora que tengo 28 vuelvo a estar soltero porque la última chica con la que estuve tres años me dejó porque, supuestamente, se había dado cuenta de que le gustaban las mujeres, quería conocer mundo e irse a hacer yoga al Tíbet. Pero vamos, que me la encontré hace poco con otro pavo cogidos de la mano por la calle así que muy budista y muy lesbiana no sería.

Pero te escribo para explicarte que hay una cosa que tengo comprobada y que me ha pasado estando ahora soltero. Mi ex novia me regaló un anillo para nuestro segundo aniversario y la verdad es que me lo he puesto muy poco porque a mí me parece incómodo. Ella se enfadaba porque decía que yo era poco romántico pero la verdad es que ahora que ya no tengo porqué llevarlo es cuando más uso le estoy dando.

Hace meses, cuando cortamos, me propuse enrollarme con todas las tías que pudiese. Estaba rabioso y al principio caía alguna pero pocas. Mi mejor colega me dijo que si llevaba anillo pillaría fijo. Un día salimos y le dije “Mira, he traído el anillo. A ver si las pibas se ponen cachondas con esto”. Y la verdad funcionó a unos niveles que ni él se habría podido imaginar. En la misma discoteca donde estábamos, me entraron cuatro tías en menos de dos horas. Así que resulta que el anillo funciona ¡Y eso que luego dicen que son más fieles que nosotros! Hubo una que me llegó a decir que le daba morbo que estuviese comprometido, yo le seguí el rollo y al final nos lo montamos en su coche. En plena faena, me chupó el dedo dónde llevaba el anillo ¡¡Todo era porque el anillo la había puesto caliente!! ¡Estoy segurísimo!

Yo no sé si es verdad o no pero confirmo que no ha sido el único caso. Si llevo anillo las tías se fijan más en mí. Yo creo que si apareciese en la discoteca sin camiseta y embadurnado en aceite, seguro que no las ponía tan cachondas.

Ahora lo llevo siempre puesto. Como todo son rollos de una noche no les digo la verdad y ellas se van tan tranquilas pensando que han conseguido liarse con un tío casado o comprometido… Algunas también tienen novio. Así que ya sabéis, poneros un anillo que parezca alianza y calentar al personal, ya veréis como funciona. Ahora todos me llaman “El señor de los anillos”.

Un saludo para ti Josep y aquí tienes otro seguidor que quiere un libro firmado.

Raúl.

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Diógenes en la pareja

La prestigiosa psicóloga Lola Cidoncha me ha enviado este texto para el blog de "Soltero@s y Demoni@s" con el que nos propone reflexionar sobre cómo la sociedad nos condiciona para  estar en pareja. Es muy interesante...  ¡Gracias Lola!

Ésta, nuestra maravillosa cultura social, nos pide que nos amoldemos a su estructura, inculcándonos ideas que nos obligan a desear el patrón establecido. Ideas que salpican desde distintos ámbitos incluido el de la publicidad, el cine, las series de TV, etc. Estas salpicaduras se traducen en esbozos que entran en nuestro cerebro como: “encuentra tu media naranja en…” (claro, si necesitas tu medio de algo es que no estás completo, hay que completar…), “ la televisión 3D se ve mejor en pareja”, “se conduce mejor el coche nuevo si recoges a la chica o chico que sube con una amplia sonrisa”, etc… Conclusión de nuestras mentes: “si no tienes pareja no eres feliz”, “si no estás enamorado no eres feliz y no estás completo”

No nos enamoramos de las personas, nos enamoramos de la “idea del amor”. Da igual, que la persona no te convenga, no tengas nada en común con ella, no te trate con el respeto que te mereces, da igual, porque has encontrado el amor verdadero y estás en pareja, todo un reflejo de éxito social y ahora tendrás la “verdadera felicidad”.

Querer y ser querido se convierte en una “NECESIDAD”, aunque no nos demos cuenta, se convierte en algo tan necesario como respirar o comer. Nosotros lo hacemos NECESARIO.

¿A que nos conduce esta “necesidad”?, pues nos conduce a lo que yo llamo el SINDROME DE DIOGENES EN LA PAREJA, es decir, vamos acumulando relaciones y personas, que encontramos (normalmente desechadas por otros) y que no nos sirven para nada, excepto para crear suciedad y mal olor en nuestro espíritu, y nuestra mente, y para complicarnos la existencia más que para hacérnosla placentera. Pero que prescindir de ellas nos generan una gran ansiedad. No somos capaces de prescindir de lo que no sirve, de las personas que no nos sirven para hacernos realmente feliz, porque hemos encontrado la pareja, el amor. Ya se sabe que la pareja te hace feliz y el amor todo lo puede.

¿Es necesario, por tanto, tener pareja? Pues la verdad es que no, no es necesario, solo es bueno y gratificante, si se elige a la persona adecuada, pero realmente necesario, no. De hecho, es absolutamente comprobable que existen personas sin pareja y que además son felices. ¿Que es bueno encontrar y compartir con la persona adecuada? Claro, pero no con cualquier persona por el hecho de tener pareja, hay que dejar que surja el amor pero elegir con criterio. Si cuando te compras un coche o una casa, valoras si te interesa… ¿no es mucho más importante valorar si te interesa alguien para compartir la vida? ¿Por qué nos dejamos llevar por la emocionalidad y el romanticismo impulsivo? “Es el/ella… ¡¡ por fin llegó!!” y como por fin llega nuestra oportunidad, esa que considerábamos necesaria para ser feliz y sentirnos completos, no nos paramos a pensar en más, nos tiramos de cabeza al abismo.

¿Es conveniente tener pareja? sí, ¿es necesario? pues no, no lo es. No nos creemos una necesidad que no tenemos biológicamente. Se puede ser feliz sin pareja, y si esta llega perfecto, siempre que tengamos en cuenta que nos estamos enamorando de alguien que nos quiere, que nos comprende, nos ayuda y nos apoya. De alguien que no nos traiciona, y nos respeta a nosotros y a nuestro sueños.

Recuerda que el objetivo de estar en pareja es el de estar mejor que solo. Si no nos hace sentir bien, es que no nos sirve. Entonces no le demos a esa persona una oportunidad de compartir nuestra vida, ni la mantengamos como pareja: DIOGENES NO! Tu felicidad es lo que cuenta, y esta no se encuentra necesariamente en tener una pareja.

Lola Cidoncha

Psicologa.

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¡La soltera que mucho abarca poco aprieta!

Vanesa se ha atrevido a contar lo que hacía con los chicos. Los engañaba y combinaba a su gusto y el tiro le salió por la culata. Gracias Vane por sincerarte en el blog. Os dejo con su historia:

Mi historia de soltera tiene también bastante de endemoniada. Las parejas, a mí, siempre me han durado muy poco porque, normalmente, cuando tengo pareja me aburro pronto.

Cuando iba a la universidad, tuve un par de años bastante ajetreados. Durante la semana vivía en Granada en un piso compartido, iba a clase todos los días y me tiraba horas en la universidad. Los fines de semana los dedicaba a trabajar en un bar de mi pueblo donde me sacaba un dinerillo y los cubatas me salían gratis. Y así, para motivarme y casi sin darme cuenta, me eché un novio en cada sitio.

A mi compañero de clase lo veía todos los días, pasaba las tardes con él estudiando (o no) y nos corríamos unas juergas con los amigos de clase que eran memorables. Con el camarero compartía todas las horas de trabajo y todas las madrugadas post-fiesta. Creo que con él tuve las mejores sesiones de sexo de mi vida, con el agravante de que solían empezar a las seis de la madrugada y después de toda la noche de curro.

Y ahora os preguntaréis ¿qué les decía a cada uno para que me dejasen en paz durante el tiempo que no estaba con ellos? Pues a mi novio de fin de semana, le dije que en Granada vivía en casa de una tía de mi padre y que por eso no podía venir a verme. Además mi horario de clases era infernal y, entre trabajos y prácticas, acababa siempre a las tantas de la noche. A mi novio de la universidad jamás le propuse venir a mi pueblo, cosa que él entendió porque, al fin y al cabo, llevábamos poco tiempo para presentaciones familiares. Además le conté que con el curro del bar, estaba liada todas las tardes y noches y que por las mañanas me levantaba tarde. Así conseguía que me dejase tranquila hasta el domingo por la tarde, cuando siempre venía a recogerme a la estación amablemente.

Evidentemente, esta historia duró poco. El camarero pronto se enteró de que yo no vivía con ninguna tía de mi padre, si no en un piso compartido, y me puso las cartas sobre la mesa. Yo no se lo negué y corté con él, a la vez que le presentaba mi renuncia al trabajo. A mi novio de Granada lo aguanté algunas semanas más pero el verano y la distancia hicieron todo el trabajo sucio.

Sé que lo que hice no fue justo para ninguno de los dos pero tampoco ninguno de ellos iba para “hombre de mi vida” y lo sabían. Yo simplemente me divertí. Y lo único que me queda por decir es que me quiten lo bailao.

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Un soltero en el armario

Jonathan ha enviado esta historia. Un amigo suyo vivió sus primeros contactos como soltero en el ambiente gay después de haberse reprimido durante mucho tiempo y esta es su reflexión. ¡Gracias Jonathan!  Ahí va:

Un día, mi mejor amigo se atrevió a contarme su gran secreto, del cual nadie sabía nada. Por fin después de años entendí que su soltería, no era una cosa voluntaria si no todo lo contrario. Tenía pánico de ser homosexual y a enfrentarse a su vida, esa que él mismo se había negado toda su vida. Sus experiencias con las mujeres habían sido unas cuantas, incluso con novias de varios años pero por fin, gracias a una buena amiga, decidió enfrentarse a lo que realmente le gustaba. Con pánico de no saber qué hacer ni cómo comportarse en un ambiente de hombres, llegó la gran noche donde, como me confesó, estaba cagado.

El amigo de Jonathan, al principio se sentía incómodo en el ambiente gay.

Ahí estaban los dos por las calles de esa gran ciudad sin saber muy bien dónde entrar a tomar algo. De repente encontraron una discoteca muy conocida, por supuesto de ambiente gay, y sin pensarlo dos veces decidieron entrar. El  estaba en shock, no sabía ni dónde mirar, con una sensación de máxima tensión, deseando que nadie se le acercara a decirle nada. Su amiga le empezó a dar conversación para tranquilizarle, él se relajó un poco y empezó a disfrutar de la noche.

Volvió a la disco gay en busca de nuevas emociones y nadie le hizo caso.

Su sorpresa llegó cuando se dio cuenta q le observaban varios hombres y, al acercarse a la barra a pedir, el camarero fue el primero en intentar ligar con él. Al momento otro chico estaba intentando entablar conversación con él con la excusa de “¿eres nuevo en este sitio?” . Lo peor llegó cuando su amiga fue al baño y se tuvo que quedar solo. Se le acercó otro hombre de una cierta edad preguntando que cuánto cobraba. Imaginad cómo se quedó el pobre, con todos los miedos que tenía... Ya no sabía que más le podía pasar, hasta que llegó el momento de ir al baño. Pensaba que lo acosarían, o algo por el estilo, y no iba desencaminado pq tuvo un par de intentos de un grupo de borrachos de entrar en su baño, para hacerle lo que se conoce como “guarrería española”. Al final de la noche, cuando le preguntaban si era o no era (vamos que si era gay), negaba su sexualidad con tal de que le dejaran en paz.

Pero él no se resignó Al día siguiente quiso repetir experiencia y cuál fue su sorpresa cuando, después de un rato en la misma disco de la noche anterior, no le pasó nada de nada. Nadie se acercó a preguntar, nadie le prestó especial atención y nadie intentó nada con él. La conclusión que sacó con todo esto y que quiso compartir conmigo es que muchas veces el mundo gay es a veces superficial, que la novedad es lo que gusta y en muchos casos lo que llama la atención.

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Fantasía sexual no resuelta

Esta es la primera historia que opta a conseguir un ejemplar firmado de "Solter@s y Demoni@s". La envía Richy García, un soltero que descubrió que ligar a golpe de cartera tiene sus consecuencias... Recordad que me podéis seguir enviando vuestras historias a info@joseplobato.com. Las cinco mejores se llevaran un ejemplar del libro firmado.  Os dejo con la movida nocturna de Richy y sus amigos:

Estábamos un primo, un amigo y yo buscando una discoteca a la que hacía tiempo que queríamos ir. En ese momento apareció un relaciones públicas (los típicos que se ponen por la calle) ofreciéndonos ir a un garito que, por lo que nos dijo, estaba hasta arriba de chicas. Tras negociar el tema de las copas que nos daría, decidimos ir. Por el camino le pedí que nos enseñara los flyers y me extrañé bastante que tuvieran la imagen de una chica "en pelotas". Sin demasiado tiempo para reaccionar, llegamos al bar. Eso sí, previo paso por el cajero, ya que mi amigo parecía saber qué tipo de garito era. 

Una vez allí, y después de ver la barra americana del escenario, miré a mi amigo inquisitivamente como diciéndole, "¿¡cómo eres tan cabrón, que nos has traído a un puti!?". Pero ya habíamos pagado la entrada con la que nos daban dos copas, así que pedimos la primera, e intentamos, dentro de lo posible, relajarnos. Y digo "dentro de lo posible" porque es imposible tomarse una copa tranquilo cuando 4 chicas se te acercan, una por cada flanco a tocarte e invitarte a pasar un buen rato. Nosotros les insistimos en que no queríamos nada, que sólo habíamos entrado porque las copas eran bastante baratas. Las chicas se distanciaron de nosotros unos diez minutos, el tiempo justo para que mi primo soltara un inocente "joder, sí que son majas aquí las chicas".  Es evidente que el pobre no tenía ni idea de dónde estábamos a pesar de haver visto miles de pelis con antros bastante parecidos.

Nos estábamos acabando la segunda copa y mi primo subía desde los baños con una cara que nunca olvidaré. Le preguntamos qué le había pasado y nos dijo que abajo había como apartados separados por cortinas y que al asomarse a una, vio a una chica ¡comiéndole todo a un gordo!  Total, que los tres estábamos decididos a terminar la copa rápido e irnos antes de hacer algo de lo que pudiéramos arrepentirnos, pero, más por suerte que por desgracia, nos asaltó una rubiaza de metro ochenta que nos dijo que si bajábamos con ella. Negociamos un poco y acordamos que por OCHENTA EUROS bajábamos los tres a la vez.

Así que allí estábamos. Nos acomodamos en un sillón como buenamente pudimos, y ella empezó a bailar mientras nos tocaba. De repente se empieza a quitar la ropa y empezamos con el magreo, y cuando se empieza a liar con mi amigo me dice mi primo: "¿Cómo va la cosa?". A mí no se me levantaba ni para atrás porque estaba de los nervios, ¡pero es que a ellos tampoco! Pasaron diez minutos y seguimos igual, ni siquiera mi amigo, que estaba con las manos en la masa conseguía levantar "el ánimo". Y la piba que se lo estaba trabajando a tope no conseguía nada.  Así pasaron los 30 minutos y nada de nada... La pobre chica, a la que se veía a gusto con tres chicos jóvenes sin tener que aguantar a los viejos verdes de turno, nos animaba diciéndonos que otro día sería, que no pasaba nada. ¡Pero sí que pasaba! De nuestro bolsillo habían desaparecido ya los ¡ochenta euros!

Aunque no hicimos nada aquella noche, aún hoy nos reímos de las anécdotas, porque, a pesar de que no llegamos a nada con la chica, salimos con la moral por las nubes. Y es que, aunque fuese a golpe de cartera, sentirse el centro de atención en un garito plagado de tías es el sueño inalcanzable de muchos solteros... ¡y de muchos emparejados!

¿Quieres un ejemplar firmado? Cuéntame tu historia

Parece el título de un programa de televisión de testimonios, pero que no cunda el pánico. No os voy a pedir que vengáis a contarme la vida de vuestro amigo transformista, que se convierte en drag queen por la noche y es Fernando, el abogado, durante el día.

Titulo así este post porque me gustaría recibir de vuestra parte pequeñas historias sobre lo que significa para vosotros ser "solter@" y "demoni@". Para celebrar el lanzamiento en tierras americanas de la novela, y dado que en España el libro está casi agotado, os propongo que me enviéis esas "mini historias" y las publicaré en el blog los próximos días. De todas ellas, las cinco más divertidas tendrán como recompensa un ejemplar del libro firmado, que os haremos llegar a casa.

Así que si tenéis alguna anécdota de soltería, alguna reflexión o experiencia digna de ser contada, enviadmela a info@joseplobato.com
Espero vuestras "demonidades".

¡Celebrando que los "Solter@s" cruzan el charco!

Estoy tremendamente emocionado, pues la novela ya puede comprarse en Latinoamérica. Espero que los lectores de México, Argentina o Chile queden atrapados por las historias de este libro que tiene justo ahora un año de vida.

Tardé unos seis meses en escribirlo y he de reconocer que finalmente las cuatro historias que desarrollé me han dado un montón de alegrías, empezando por la fiesta que tuvo lugar en el Larios Café de Madrid, rodeado de amigos y compañeros de profesión.

Para celebrar este acontecimiento, estoy pensando en hacer algo con estos cinco ejemplares que la editorial me ha mandado y de ahí el nacimiento de este blog, para poder interactuar con los de aquí y con los de allí.

Luján Argüelles y Carme Chaparro en la presentación

Sin duda, este es un buen medio para compartir historias de solteros, casados, emparejados y demonios varios. Así que pronto os daré más noticias al respecto.

Mientras, entre otras cosas, sigo trabajando en una nueva novela y escribiendo cada mes para la revista Cosmopolitan.

¡Un saludo a todos y mil gracias por la acogida!